El sulfato de cobre es un fitosanitario clásico que protege a los cultivos de ciertos hongos. Es un protector de contacto, su aplicación forma una lámina superficial de protección que evita que las esporas de los hongos y las bacterias se establezcan y se desarrollen. Su efecto es preventivo, ataca a un buen número de hongos diferentes y buena persistencia (al ser partículas minerales y no biodegradables a corto plazo, pueden permanecer activas mucho más tiempo).
Tambien sirve para plantas que requieren un PH bajo, por ejemplo, azaleas, Jazmines; se coloca en cada planta lejos del tallo y a través del riego el suelo tendrá un PH ácido.